La finca pública de Son Real, situada en la costa norte de Mallorca entre Can Picafort y Son Serra de Marina, es un verdadero tesoro natural y arqueológico. Este extenso paraje protegido, que combina paisajes de pinares, dunas, caminos rurales y zonas costeras, es un lugar ideal para los amantes de la historia y la naturaleza, ofreciendo múltiples rutas para recorrer a pie o en bicicleta.
Uno de los mayores atractivos de Son Real es su Necrópolis, un yacimiento arqueológico único en el Mediterráneo. Esta necrópolis talayótica, situada junto al mar, alberga numerosas tumbas excavadas en la roca, que se cree pertenecen a miembros de la élite de la época. Su ubicación junto al mar resalta el vínculo simbólico de los enterramientos con el océano. Cerca de la costa se encuentra la Illa des Porros, un islote donde se han encontrado restos de enterramientos similares, lo que subraya la importancia funeraria de esta zona en tiempos prehistóricos.
El interior de la finca alberga otros vestigios históricos de gran relevancia, como las canteras de Son Real, de las cuales se extraía piedra arenisca para las construcciones de la isla, y cuevas talayóticas, que se utilizaron como espacios rituales durante la antigüedad.
En el corazón de la finca se encuentran las Cases de Son Real, una antigua posesión mallorquina que fue un importante centro agrícola y ganadero. Hoy en día, este conjunto arquitectónico restaurado alberga el Museo Etnológico, donde los visitantes pueden conocer la historia de la finca y las tradiciones de la vida rural en Mallorca, a través de herramientas, utensilios y exposiciones sobre el mundo agrario. Las Cases de Son Real funcionan como centro de visitas, donde los turistas pueden encontrar información sobre las rutas establecidas dentro de la finca.